QUIERO ESTAR EN MI ZONA DE CONFORT
Últimamente escucho mucho eso de… «SAL DE TU ZONA DE CONFORT» y claro, salir de algo que es confortable pues como que no apetece mucho, ¿por qué entonces hay que salir de la zona de confort? Yo creo que a veces se nos escapan nuestros objetivos reales y cuando alguien dice algo, todos/as le seguimos, imitamos y copiamos como si fuera fácil hacer eso que hace y la verdad es que, bajo mi punto de vista, vamos como pollo sin cabeza por las aventuras y desventuras de la vida.
Así que yo quiero defender la ZONA DE CONFORT, porque es precisamente eso, CONFORT. Y salir del confort nos puede provocar INCOMODIDAD, y la incomodidad si no se lleva bien es mejor dejarla donde está: FUERA de nuestra zona de confort.
Para poder salir, lo primero que necesito es una fuerza interna que me permita atenerme a las consecuencias de mi «SALIDA» y saber solucionar los problemas que se me planteen. Si psicológicamente no estoy fuerte y preparado para eso, salir de la zona de confort me puede perjudicar y puede favorecer mi desequilibrio emocional. Así que ¡cuidado! Ni todo el mundo puede ni todo el mundo debe salir de su zona de confort.
Sí que es verdad que una zona de MALESTAR puede perdurar en el tiempo y puede ocasionar el aumento de emociones desagradables como son: el miedo, el aburrimiento, la inseguridad, la rabia, la ira, el cansancio, el estrés… Si permanecemos mucho tiempo en esas emociones sí que es adecuado pararnos a pensar y decidir si queremos seguir en esa situación o no. Tomar la decisión adecuada de SALIR DE UNA SITUACIÓN QUE NOS GENERA MALESTAR sí que es positivo porque aumentará nuestras emociones agradables.
Sin embargo, no podemos estar continuamente saliendo de nuestro confort, porque la incertidumbre y el estado de alerta serían demasiado intensos como para permanecer ahí mucho tiempo.
La zona de confort nos ayuda a mantener la calma, la seguridad, la protección y el bienestar, haciendo honor a su nombre. Salir de ahí puede convertirse en una auténtica pesadilla para muchas personas. Si sales de ella es para meterte en otra zona de confort, no para permanecer en tierra de nadie durante mucho tiempo, la inseguridad continua puede favorecer la sintomatología ansiógena.
Sin seguridad ni protección resulta muy difícil vivir tranquilo/a.
Los niños y las niñas necesitan referentes seguros que les transmitan seguridad, amor y protección. Esas son las bases del bienestar, por eso es tan importante que aprendan a confiar en los demás y aprender de ellos por medio de las rutinas, los hábitos y las costumbres. Eso les hace sentir que controlan el ambiente y no temer que algo negativo pueda pasarles.
Ahora piensa en tu caso, ¿quieres salir de tu zona de confort? ¿quieres vivir otras experiencias diferentes a las que estás viviendo ahora? ¿quieres aprender de más personas, situaciones, lugares, profesiones…? ¿crees que tu vida no tiene sentido tal y como es? Pues si la respuesta a todas estas preguntas en Sí y estas motivado/a para salir, SAL, pero atente a las consecuencias y sé consciente que te puedes equivocar, que no todo es tan maravilloso como parece y que las aventuras conllevan un riesgo, un precio que hay que pagar: SALIR DE LA SEGURIDAD.
¿Estás preparado para ese riesgo? Si es así, adelante. HAZLO. Pero no te dejes deslumbrar por lo que hacen otras/os, porque el camino de cada uno es el camino de cada una/o y no todo el mundo disfruta igual de su camino.
Para terminar me encantaría que vieras este corto que habla de las maravillas de la ZONA DE CONFORT:
Si no fuera tan importante, los expertos en educación y crianza no daríamos tanta importancia a la rutina, seguridad y confort de nuestros niños y nuestras niñas. Porque lo importante no son los miles de lugares que visitas, ni las miles de personas que conoces, ni tan siquiera los coches o las casas de tu vida, lo realmente importante son los vínculos que creas con las personas que amas y para amar necesitas estar, no marcharte (afectivamente me refiero), necesitas dar y necesitas recibir en el día a día con tus rutinas, con tus palabras, con tus hechos y con tu vida.
Cuídate y cuida a los que más quieres y no salgas mucho… a ver si te vas a perder.
Un abrazo,
Inma Tuset
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